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miércoles, 15 de octubre de 2025

Otros precedentes aplicables a los ataques de orcas.

Hola navegantes. 

 Según informa El País, Eslovaquia ha declarado el estado de emergencia en todo el territorio tras un ataque hace unos días de un oso pardo a un hombre de 59 años, que acabó falleciendo. Es el tercer fallecido por ataques de osos en lo que va de año en Eslovaquia. Tras el incidente, su Gobierno ha dado el visto bueno para abatir hasta 350 osos pardos, un número muy similar al total de osos que hay en España —unos 370 entre la cornisa Cantábrica y los Pirineos— y alrededor de un cuarto de los existentes en aquel país centroeuropeo (entre 1.200 y 1.300). Un ejemplo lógico de dar prioridad a la vida humana por encima de otras consideraciones. 

 En España no suele haber ataques de plantígrados porque las Administraciones aplican programas para evitar que los osos se habitúen a la presencia de humanos, evitando el riesgo. Según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, el único caso registrado de interacción de un oso con una persona en los últimos 10 años con resultado de contacto físico ocurrió en 2021, en el concejo asturiano de Cangas de Narcea. Entonces, una mujer de 75 años se encontró fortuitamente con un oso, que le causó heridas en cara y brazos. No ha habido más incidentes similares en más de una década, aunque en Cantabria, Asturias y otras regiones del Norte empieza a ser habitual que bajen a los pueblos a buscar comida en las basuras. Algo muy preocupante porque nos pierden el respeto, y estamos hablando de un animal que, aunque caiga simpático, es salvaje y puede llegar a los 900 kg, no de un chihuahua.

En Asturias cuando se estima que un oso tiene estos comportamientos, se instala cerca del pueblo una trampa cilíndrica con comida, para lograr que el oso entre. Entonces lo duermen, se le toman muestras de sangre y pelo para ver su estado de salud, y le colocan un collar con GPS que ayuda a seguir sus movimientos. Ahí empieza la segunda parte, que se denomina “aversión condicionada”: se siguen sus movimientos y, cuando se acerca a una fuente de comida en un pueblo, se avisa a los guardas para que estén preparados. En el momento en que empieza a comer, le disparan balas de caucho —que no son letales— para que el animal asocie ambas sensaciones y no vuelva a hacerlo. Así se evitan muchos encontronazos entre osos y personas, así como situaciones de peligro.

Pues eso es exactamente lo que algunos navegantes estamos pidiendo para las orcas. Que se marquen con dispositivos electrónicos e informarnos dónde están para no acercarnos. Que se estudien científicamente unos petardos que las espanten sin dañarlas (sería facilísimo de estudiar en las orcas en cautividad) y que nos dejen utilizarlos. Y por supuesto que se indemnice a los perjudicados, como se hace cuando una especie protegida (osos o lobos) ataca y mata al ganado. Porque aparte del riesgo para la vida, la media para reparar un barco que ha sufrido algún incidente con orcas se estima que es de 10.000 € (más de lo que cuesta mi barco) y normalmente no lo cubre el seguro, ya que las compañías no suelen cubrir los daños propios en barcos un poco viejos. Como comparación, los daños en un coche que tiene un accidente con la fauna salvaje rondan los 1.400 €. 

Por supuesto los que opinan que el cadáver del enemigo siempre huele bien proponen medidas más agresivas, como eliminar a las orcas que atacan (se calcula que son unas 15, las que llamamos "gladis"). Pero esta opinión, al contrario que las del párrafo anterior, no es unánime. Aunque también hay precedentes de eliminar a algún ejemplar especialmente agresivo de otras especies protegidas. Y otros proponen que se prohíban las actividades de avistamiento de cetáceos, para que no se acostumbren a nuestra presencia y a acercarse a las embarcaciones.

Pero todas estas medidas deberían estar estudiándose y aplicándose desde hace 5 años que empezaron los ataques, y en estos años casi 1.000 barcos han sido atacados y 8 han sido hundidos (por ahora sin víctimas)  sin que la Administración haya dado una respuesta convincente. Ojalá con  intervenciones como ésta, que se están repitiendo en los foros náuticos con insistencia, consigamos que nuestro gobierno actúe aprisa, antes de que muera alguien.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 14 de octubre de 2025

Cruzar el Canal de la Mancha en Vespa.

Hola navegantes. 

 Desde los 16 años he tenido una Vespa, o sea que ha sido un vehículo que ha formado parte de toda mi vida, desde cuando los años aún añadían longitud a mis extremidades hasta que me prejubilé, que la cambié por la bici.

Separarme de ella después de tantas décadas me dejó triste como una viuda inconsolable, pero me pudo el pragmatismo porque ya no era fácil aparcar las motos en Santander, no la necesitaba para el trabajo, no la cogía ni una vez al mes, me arriesgaba tontamente a tener un accidente, y era más sano y ecológico moverse en bici. Pero a pesar de mi afición, lo que nunca se me pasó  por la cabeza fue unirla a la otra y usar la Vespa para navegar. En esto se me adelantó el francés Georges Monneret, que en 1952 convirtió su Vespa en un vehículo anfibio:

 

¡Qué tiempos!. Ahora ese anfibio no habría pasado la inspección de los barcos (la ITB) ni la de los vehículos (la ITV).  Monneret era un aventurero y piloto empeñado en demostrar que cualquier moto, bien usada, podía ir a cualquier parte. Se le apodaba "Jojo la moto" y en su carrera obtuvo 499 victorias y 183 récords del mundo. Incluso fundó su propia marca de motos, « Mondial-Monneret », en 1965. Aparte de sus victorias en competiciones realizó algunos viajes extraordinarios en moto, incluso llevando a sus hijos pequeños en una especie de mini-sidecar de remolque:

 

 Por cierto, sus hijos también se han dedicado al motociclismo. Pues después de competir en el Dakar y romper varios récords de resistencia, decidió preparar una Vespa modificada con flotadores laterales y una hélice. La rueda trasera se apoyaba en una cinta rulante que, por frotamiento, giraba y hacía mover la hélice. También llevaba una turbina de aire forzado para asegurar la refrigeración del motor a pesar de la escasa velocidad de la embarcación. 

 Vespa

 Fijaos que no le quitaba ni la rueda de repuesto. No sé lo que pensaba hacer con ella en el agua. Primero probó el invento en el Sena y luego en un canal de Francia, pero la hazaña definitiva fue navegar con ella por el mar, y concretamente de París a Londres cruzando el Canal de la Mancha por el paso de Calais, desde Calais a Dover. O sea, el mismo cruce que hicimos nosotros con el Corto Maltés y que pensábamos que tal vez, quizás, es posible que hubiera tenido algún mérito. Escoltado por un barco de apoyo fracasó en el primer intento, pero consiguió llegar a Dover con la Vespa en el segundo. Aquí podéis ver un vídeo antiguo de su travesía:

  Clic aquí.

  Recordando lo que nos costó a nosotros con el velero, verle en esa "embarcación" pequeña como un pedalo te encoge el corazón. Al conseguirlo, la hazaña fue aprovechada por Piaggio como una demostración publicitaria: "La Vespa puede llegar donde tú quieras". Y no les faltaba razón, porque también con la Vespa cruzó el desierto del Sahara sin asistencia, sin GPS, y sin ningún tipo de plan de evacuación. Mi intento más serio fue llegar a lo vivo con una Vespa 75 de Madrid a Milán (unos 1.600 km) en Navidades, cuando tenía 19 años, para ver a una novia, y no pasé de Guadarrama por el frío.

Monneret falleció en 1983

Con cuidado, navegantes.

lunes, 13 de octubre de 2025

Vídeo de la presentación de la navegación a Londres.

Hola navegantes. 

 He visto en el canal de YouTube de la Asociación Mil Velas, la presentación que les hice de la navegación a Londres en octubre de 2024.

 

 

Ahora que la navegación está en crac, por el otoño y por las orcas, puede servir de distracción para acercarnos, al menos con el espíritu, al mar y recordar lo bien que nos lo pasamos cuando podemos navegar. Podéis verlo aquí

 Clic aquí.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 11 de octubre de 2025

Orcas hunden un velero con 3 niños.

Hola navegantes. 

 Ayer hubo otro ataque de orcas a un velero, el  "TIFARE", de 11 metros de eslora, frente a Peniche (Portugal). Entre la tripulación del velero, que se hundió, se encontraban tres niños. Es ya el séptimo hundimiento que provocan las orcas, además de varios cientos de ataques. 

 

(La imagen no es de este ataque, del que no hay fotos, sino de uno anterior con hundimiento).

Los cinco tripulantes del "TIFARE", dos adultos (una portuguesa y un francés) y tres niños franceses, fueron rescatados a última hora de la tarde del viernes en una operación coordinada por el Centro de Búsqueda y Rescate Marítimo de Lisboa. El velero, que se encontraba a unos 90 kilómetros al suroeste de Peniche, emitió una alerta informando de un ataque de orcas, lo que provocó la entrada de agua en el barco y su posterior hundimiento. Por suerte el velero llevaba balsa salvavidas y los tripulantes saltaron a ella.

La primera embarcación en llegar al lugar fue el pesquero SILMAR, de 22 metros de eslora y base en Peniche, que navegaba en las inmediaciones, y ayudó en el rescate de los cinco tripulantes, que ya se encontraban en la balsa. Una fragata, la Francisco de Almeida, un barco de socorrismo de la Capitanía del Puerto de Peniche, y un helicóptero de la Fuerza Aérea también participaron en la operación. El helicóptero los recogió de la cubierta del pesquero, ya de noche, y los trasladó a la base aérea de Montijo, y desde allí fueron llevados a un hospital para recibir atención médica.

Aunque esta vez no ha ocurrido la desgracia personal, estaréis de acuerdo conmigo en que ha estado muy cercana, con tres niños en una balsa salvavidas y de noche. Si no llega a estar cerca el pesquero a lo mejor no los encuentran hasta el día siguiente, en ese frágil artilugio flotante entre la manada de orcas. Ya me diréis si es lógico que los gobiernos de España y Portugal continúen sin hacer nada, salvo recordarnos que está prohibido hacer hasta ruidos que las molesten, y sin dejarnos defendernos. Me encantaría ver a alguno de nuestros próceres en un velero, con sus hijos a bordo, y dándose de bruces con la manada. A ver qué hacía.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 7 de octubre de 2025

Orcas: un precedente legal.

Hola navegantes. 

 Otras veces os he explicado que en España hay dos cuerpos de doctrina jurídica aplicables a los ataques de orcas: 

 1) El RD 1727/2007, de protección de los cetáceos, que prohíbe todo. Este decreto estaba publicado antes de los ataques a veleros, y pensado para las actividades lucrativas de observación de cetáceos, en que son los barcos los que van al "encuentro" de las orcas.

Y 2) la ley 14/2014, de navegación marítima, que establece que "en caso de riesgo de naufragio, el capitán adoptará cuantas medidas crea necesarias para procurar la seguridad del buque y la salvación de las personas y de los bienes".

 Personalmente siempre he creído que la ley 14/2014 prevalece sobre el Real Decreto y que si llegase el caso a un juez, no dudaría en dar prioridad a salvar una vida humana sobre no molestar a un cetáceo.

 

  En un foro náutico se ha aportado un precedente que se aplicaría perfectamente. Es una aportación muy seria, no como otros que escriben en Internet diciendo mentiras como quien bebe. El Tribunal Supremo ratificó la absolución penal de un cazador que en defensa propia mató un oso, especie protegida. El Tribunal Supremo consideró que la muerte del oso estaba justificada en el caso en cuestión por estar la vida del acusado en peligro grave, considerando el disparo como un medio de defensa proporcional.

"STS, Sala Segunda, 1 de abril de 1993 (ECLI:ES:TS:1993:16201, RJ 1993/9165). Hechos probados: El acusado, cazador, disparó y dio muerte a un oso pardo en una zona de montaña de Brañosera (Palencia) al ser sorprendido a corta distancia por el animal, que se abalanzó sobre él. El tribunal de instancia consideró acreditado que el acusado actuó para proteger su vida ante un ataque inminente y no buscaba cazar ni dañar una especie protegida.

Decisión de la Audiencia de Palencia (9-11-1990): el tribunal absolvió al acusado del delito contra la fauna (arts. 345 y ss. CP 1973) al entender que concurría una causa de justificación por estado de necesidad o legítima defensa: la acción fue “necesaria para salvar su vida”.

Decisión del Tribunal Supremo (1-4-1993): la absolución penal subsiste en cuanto al fondo, al reconocerse que el acusado actuó por necesidad para evitar un peligro real y grave para su vida.

Doctrina destacada: la sentencia admite, al menos implícitamente, que la muerte de un animal salvaje protegido puede quedar justificada cuando exista un peligro real, actual y grave para la integridad física del ser humano, siempre que el medio empleado sea proporcionado y necesario.

Hasta aquí la parte jurídica referente al oso. En el caso de las orcas, el peligro para la vida es real, pues algunos ataques han hundido el barco a muchas millas de la costa (hasta 12 millas en España no es obligatorio llevar balsa salvavidas, y esa distancia es imposible hacerla nadando, y menos rodeado de una manada de orcas)  y el recurso a medios sonoros de disuasión no cabe duda de que es una medida proporcionada, pues no es para matarlas, como en el caso del oso, sino sólo para alejarlas.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 30 de septiembre de 2025

Una oferta.


Hola navegantes. 

Con motivo de una reforma en casa me conviene despejar mis estanterías. Por eso durante unos días a quien me pida uno de mis libros le ofreceré otro a la mitad de precio. La información de cada uno está en la columna derecha de este blog, haciendo clic encima de cada título. Como siempre los mandaré dedicados con una dibucarta personalizada, a vosotros o al que se lo vayáis a regalar.

Podéis pedírmelos al correo alvarogaledo@gmail.com.

 Con cuidado, navegantes.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Nuestro recorrido definitivo este verano.

Hola navegantes. 

 Os comparto el track definitivo de nuestra navegación por las islas y mares interiores de la costa mediterránea francesa este verano con el Corto Maltés. Incluye las modificaciones obligadas por el estado precario del Canal de Midi, y las interrupciones y cambios obligados por el mistral.

 

 

Desde Narbona la vuelta la hicimos por carretera en un camión hasta Santurce, y de allí a Santander otra vez navegando.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Entrevista-balance del verano.

Hola navegantes. 

 Esta vez es una conversación con Edu Araujo, en su programa de Onda Vasca sobre temas de navegación "Itsas Tantak", que se emitió anoche:

 Clic aquí.

(desde el minuto 1:33 hasta el final).

 Es un balance de los tres meses de navegación con el Tonic 23 por los mares interiores y las islas de Francia en su costa mediterránea, llegando hasta allí desde Santander por el Canal de Midi. El resumen de más de 1.100 millas navegadas (460 por las aguas interiores, incluyendo 3 mares interiores) la visita de 10 islas, la navegación por 5 ríos y el tránsito de 141 esclusas. Días en que todo va que chuta, como en la mayoría de las islas, y otros en que se te pone cara de por qué habré venido, como en  las dos olas de calor en un Canal de Midi desconocido, pelado de árboles y casi sin agua, o los golpes de mistral. Anécdotas suficientes para llenar varios veranos, pero que ocurrieron en uno solo. Espero que os entretenga.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

El eufemismo de las "interacciones" con orcas.

Hola navegantes. 

Ya sabéis mi opinión sobre los ataques de orcas a los veleros, que algunos tratan de disimular con el eufemismo de "interacciones".  Podéis ver las entradas sobre este tema poniendo "orcas" en el buscador que hay arriba a la izquierda. Pienso que cuando hay una vida humana en peligro todo lo demás es secundario. En el ataque más reciente, en Portugal, se pone crudamente de manifiesto. La "interacción" duró sólo 5 minutos y fue suficiente para hundir el barco. La novedad es que todo fue filmado por un barco de observación de cetáceos que estaba en la proximidades, y recogió del mar a los tripulantes de entre la manada de orcas. Las imágenes son para robarte el aliento.

  Clic aquí.

Ahora imaginaos que entre los tripulantes hubiera niños (ya ha pasado) y que no hubiera un barco cerca para recogerlos. O imaginaos que fueran osos (por citar otra especie protegida) atacando a un vehículo, y tu gobierno dijera que no hicieras nada para defenderte, ni siquiera tocar la bocina o intentar escaparte dando marcha atrás. Inconcebible, ¿no?. Porque os recuerdo que en las islas noruegas de Svalbard, en el Ártico, es obligatorio desembarcar con un rifle por si te ataca un oso polar (también especie protegida) y si eso ocurre se considera normal dispararle para protegerte tú o tu familia.Y si no lo llevas, la misma policía te suministra uno o te obliga a acompañarte de un guía armado. Porque se considera que una vida humana es más valiosa que la de un animal, por mucho que sea una especie protegida, y ya ha habido casos de ataques de osos polares con resultado de muerte, entre otros un niño.

 

 Yo estoy seguro de que esto de las orcas se saldará con alguna muerte, y entonces se acabarán los ejercicios funambulescos y las frases tópicas del gobierno que no hace nada. Todo será echar la culpa a los demás y apresurarse a regular el uso de los petardos y obligarnos a llevarlos, igual que nos obligan a llevar bengalas. ¡Qué país!.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 16 de septiembre de 2025

Pediros un favor.

Hola navegantes.

Tengo que cambiar una de las bicis plegables del Corto Maltés y estoy pensando en una Brompton. Pero antes de decidirme tengo que comprobar si me cabe en el tambucho de la bañera. Si alguien de los que sigue este blog vive en Santander y tiene una Brompton plegable, me haría un favor enorme si me dejara probar eso.


 Puede escribirme a alvarogaledo@gmail.com para luego intercambiar los teléfonos y poder quedar.  Gracias anticipadas.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 9 de septiembre de 2025

Mis conclusiones personales.

Hola navegantes. 

Con un poco de distanciamiento ya puedo esbozar mis conclusiones personales de la navegación por las islas y mares interiores de Francia.

 Ha sido una navegación caracterizada por algunos detalles que a lo mejor desde fuera pueden pasar desapercibidos, pero que para mí han sido importantes:

1.  El trayecto ha sido por lugares ya conocidos.El Canal de Midi sería la tercera vez que lo recorrería, la costa mediterránea de Francia la cuarta, y uno de los mares interiores (el étang de Thau) la segunda; los otros dos (el de Leucate y el de Berre) no los conocía.

 2. Las etapas con Ana iban a ser larguísimas, concretamente dos meses continuados conviviendo en un barquito de 6 metros. Nunca habíamos estado tanto tiempo seguido navegando juntos.

3. Iba a ser nuestra primera navegación con el grumetillo. Convivir con un niño de 4 años en un espacio tan pequeño y cerrado, y más con las condiciones que luego se dieron (la ola de calor) pondría a prueba nuestra capacidad de adaptación y sería crucial para que cogiera afición, o por el contrario odio, al barco.

4. Por distintas circunstancias estaríamos en el Mediterráneo los meses peores, julio y agosto. 

Navegar por sitios ya conocidos a conducido a una conclusión inevitable, en el estado actual del mundo: verlo todo más deteriorado. Concretamente se me han hundido dos paraísos. El primero el Canal de Midi, que conocía como un túnel de verdura y de sombra atravesando Francia, por unos paisajes con todos los tonos de una caja de lápices de colores, y que ahora, con la tala de los árboles, es un erial. En la foto los árboles que había antes y los de ahora:

 


 Y además en muchas zonas aún no se han replantado, quedando la imagen de la desolación y la escabechina:

 Y todo ello empeorado con la dejadez de las autoridades, que dejan colmatarse de algas algunos tramos, que no te dejan avanzar y te calientan el motor:
  

Y el segundo la isla de Bendor, una de las de Paul Ricard, que conocí como un pinar con algunas construcciones, un puertecito de película (el más bonito que he conocido), y esta vez la hemos visto con la entrada prohibida, un guarda de seguridad impresentable y agresivo como un gorila golpeándose el pecho, todas las edificaciones en obras, y todo el terreno disponible lleno de escombros y de vallas.

 

 A cambio algunos de los sitios nuevos nos han encantado, como la Isla Verde, frente a La Ciotat, Martigues, la pequeña Venecia, Leucate con el paquebote Lydia varado voluntariamente en la playa, o el Parque Pastré en Pointe Rouge.

 

 La prueba de los dos meses de convivencia la hemos superado con creces. Volvemos del viaje más unidos al haber superado juntos tantas adversidades, y haber diseñado tantas prestidigitaciones para superar el calor, los golpes de mistral, el accidente que nos arrancó la base del palo, o los sucesivos cambios de planes a que nos vimos obligados.

 La experiencia con el grumetillo ha sido maravillosa. A pesar de su corta edad se adaptó perfectamente a vivir con nosotros sin sus padres, a los horarios intempestivos, al calor (que él sufría más por el chaleco) a ducharse en la bañera con el agua de una botella, a las comidas atípicas y a pasar la tarde, a veces, en pueblacos sin ninguna distracción para los niños. Y disfrutando de esos comentarios de los niños pequeños que te hacen reír con todo el cuerpo. En la foto, acercando el barco al muelle para que bajara Ana.


 Y respecto a navegar por el Mediterráneo en Julio y Agosto ya está todo dicho: haced lo posible por evitarlo. El turismo y la pululación de barcos por las marinas y los fondeaderos lo estropea todo. En lugares que conocíamos casi despoblados y auténticos ahora hay hasta trenecitos para recorrer las calles sin tener que andar, y los paseos marítimos llenos de chiringuitos con olor a refrito y puestos de sombrillas, chanclas, pulseras, esquileros y kits de cubos con pala y rastrillo. Un horror. 

Y con relación al barco, simplemente y por desgracia todas mis enseñanzas pueden quedar encapsuladas en repetir las ventajas de un barco pequeño. Nunca nos ha faltado atraque en las marinas a pesar de estar en temporada alta y pedirlo a veces en el mismo día. Con un barco más grande es muy posible que nos hubiéramos visto atascados en las zonas con menos agua del Canal de Midi,  que no hubiéramos podido entrar en alguno de los mares interiores por el calado, y que no hubiéramos podido hacer el plan B de volver en un camión. Y  creedme: con un barco pequeño caes simpático en los puertos y se esfuerzan por ayudarte. En cuatro marinas no nos cobraron alguna noche, bien haciéndose los despistados o dejándonos con la boca abierta al decirnos directamente que era un regalo. Y en otra ya fue la caraba, porque no tenían ningún servicio y nos dejaron usar la ducha y el frigorífico de una peniche de alquiler, que en ese momento estaba vacía.

Así que ya lo sabéis si me estáis leyendo y tenéis un velero pequeño: tenéis que veniros arriba y salir a descubrir las costas y las aguas interiores con él. Eso sí, con prudencia y buena planificación. Seguro que no os arrepentiréis.

Con cuidado, navegantes.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Dibucarta de nuestra última navegación.

Hola navegantes. 

Esta es la dibucarta de nuestra navegación por las islas y mares interiores de Francia en el Corto Maltés este verano. Una experiencia maravillosa a pesar de las dificultades y las olas de calor, conociendo unas islas preciosas y unos "etang" que son como islas a la inversa, una porción de agua rodeada de tierra por todas partes. Se empieza a leer en el salvavidas, y luego ya sabéis, siguiendo los puntos suspensivos (clic encima para verla mejor):


Esta vez no puedo ofrecer el dibujo original al primero que la transcriba, porque es para el grumetillo. En vez de eso le regalaré una de las banderas de cortesía que ha llevado el Corto en sus navegaciones.

 Con cuidado, navegantes.

sábado, 30 de agosto de 2025

El cierre del Canal de Midi, muy cerca.

Hola navegantes. 

En la navegación de este verano os he repetido muchas veces que era muy pesimista respecto al Canal de Midi. La sequía, las olas de calor, y la tala de los árboles que acelera la evaporación, estaban conduciendo a dificultades técnicas para mantener su calado estándar, que este verano se ha reducido mucho. A lo que se añaden las disputas internas entre el gremio de los agricultores, que necesitan ese agua para regar, y las empresas de chárter náutico, que la necesitan para su negocio. Estas disputas han conducido a intentos de bloqueo del canal por parte de los agricultores a principios del verano.

En Francia el nivel de sequía es el más elevado de los 4 existentes, en el cual el agua sólo puede ser utilizada para usos sanitarios, bebida y seguridad civil, estando prohibida (total o parcialmente) para la agricultura, lavado de vehículos, llenado de piscinas, etc. A fecha 29 de agosto 94 departamentos, o sea casi todo el país, padecía la sequía, debido a una primavera y un verano especialmente poco lluviosos, a 27 días con ola de calor (nosotros debimos padecerlos todos) y al calentamiento global del planeta.

La situación en Europa es similar, con 51,3% de los suelos afectados por la sequía. Ya no vivimos en los mundos de Yupi, nos estamos acercando a la cruda realidad.

En este contexto las autoridades francesas, y especialmente los responsables de Voies Navigables de France, están pensando muy seriamente cerrar pura y llanamente el Canal de Midi a la navegación. Normalmente se cierra en noviembre, por la falta de turismo náutico y para las labores de mantenimiento. Pero este año las reservas de agua de las que se nutre el canal se han agotado un mes antes de lo previsto, y actualmente son sólo un 30% de lo esperado. En las próximas horas se sabrá si deciden lo más radical (el cierre) o medidas intermedias, como disminuir el número de horas en que las esclusas se abren (pasando de 8 a 6 diarias) o el paso de las mismas en convoyes, lo que ya se aplicaba cuando pasamos nosotros a la vuelta en agosto. Cada apertura de la esclusa son entre 800 y 1.000 m3 de agua que se vierten al mar, y el paso en convoyes lo reduce. En cualquier caso os recuerdo que este verano había zonas con sólo 90 cm de calado, frente al 1,5 metros que se da como estándar. Todas estas circunstancias pueden impedir o dificultar mucho la vuelta por los canales. Si a partir de ahora me escucháis alguna vez recomendar el Canal de Midi, pensad que he recibido un golpe en la cabeza o que he desayunado un carajillo. Es una pena ver perderse tan deprisa un paraíso.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 24 de agosto de 2025

Balance de la navegación a las islas y mares interiores de Francia.

Hola navegantes. 

Aquí va un pequeño balance de esta navegación por las las islas y mares interiores de Francia:

Tiempo empleado: 82 días (2 de junio a 22 de agosto).

Millas navegadas: 1.173.

Millas por ríos y canales:  460.

Ríos por los que hemos navegado: 5 (el Garona, el Aude, el Hérault,  el Ródano y el Pequeño Ródano.

Número de esclusas atravesadas: 141. 

Islas y mares interiores visitados: 10 de las 13 islas que nos habíamos propuesto, y los 3 mares interiores (el Étang de Leucate, el de Berre y el de Thau).

Pernoctaciones en marinas: 65 de 82 (79% de los días).

Coste de las marinas: desde 10,58 € (Escatalens) a 41,10 € (Embiez) por noche, para un barco de seis metros. En 4 marinas algún día no nos cobraron nada.

Coste por persona y mes: 679 euros, sin contar las vacaciones con Ana y con el grumetillo en que se añaden otros gastos.

Consumo de gasolina: 173 litros. Ello supone que nos hemos ayudado con el motor, sólo o en combinación con las velas, el 14% del recorrido por mar. El 86% a pura vela, excluyendo por supuesto los trayectos por ríos y canales que se hacen obligatoriamente a motor.

Días inmovilizados por temporal: 5 de 82 (6%) o 12/82 (14 %) si incluimos la semana de mistral que nos iba a inmovilizar en Carry-Le-Rouet, y que por evitarlo decidimos cambiar nuestros planes y entrar antes a los canales, en Port Saint Louis de Rhone en vez de en Séte.

Operaciones de mantenimiento y bricolaje: 15. 

Lo mejor: los días con el grumetillo en los canales. Haber conseguido casi todos los objetivos del viaje. No habernos encontrado con las orcas en el Golfo de Vizcaya.

Lo peor: la tala de los árboles del Canal de Midi, que lo han transformado en un infierno. Los numerosos días con mistral y las dos olas de calor que soportamos. El golpe de una peniche que nos arrancó la base del palo. 

Con cuidado, navegantes.

viernes, 22 de agosto de 2025

Un fin de viaje nada glorioso.

Hola navegantes. 

Hoy ha sido el último día de esta navegación para descubrir las islas y mares interiores de Francia con el Corto Maltés, y ha sido una navegación nada gloriosa. Salimos de Laredo sin viento, se mantuvo todo el día sin viento, y llegamos a Santander con una brisita tan suave que sólo daba para sacar el Génova y disimular, y  que no se notara que habíamos venido "a la francesa". Sencillo como la verdad. 


Así que por el camino aprovechamos para adelantar algunas tareas que normalmente se hacen a la llegada, como limpiar el barco y sobre todo las defensas (en las esclusas se ponen como el pantalón de un carbonero) preparar las amarras y sus muelles, recoger la ropa y la comida que ha sobrado, hacer la listas de tareas pendientes y cosas a reparar, etc. 

Ahora me tomaré unos días de descanso del barco, veré a ver si encuentro los 4 kg que he perdido, dedicaré unos días a la familia de mi hijo que está de vacaciones en Santander, compartiremos Ana y yo con el grumetillo los recuerdos de los canales, y cuando me centre os haré un resumen de lo que ha sido esta navegación y mis propias conclusiones de la experiencia. 

 Con cuidado, navegantes.

jueves, 21 de agosto de 2025

Mojadura dulce, mojadura salada.

Hola navegantes. 

En mala hora se me ocurrió desear el frío y la lluvia. Ayer estuvimos en Santurce toda la noche cayendo cuerdas de agua. Tanto es así que decidimos no salir hoy, y pedimos quedarnos un día más en el atraque. Pero a eso de las 10 se despejó y cambiamos de planes, saliendo a navegar. 

Desde que salimos nos agarró un viento del Norte al Noroeste que no era ni mucho menos el fuerza 4 anunciado, más bien fuerza 5-6, justo de morro para salir del abra de Bilbao, y con olas que no eran de 1,3 metros como decía el pronóstico sino de 2 o 2,5 metros. Y todo ello aderezado con unos chubascos que nos caían encima como piedras y que hacían desaparecer el horizonte, porque había tanta agua por encima de la superficie del mar como por debajo. O sea que se cumplió mi deseo de mojarme y por partida doble, de agua dulce por los chubascos y salada por los rociones. Luego me enteré que esos chubascos habían provocado en Santander inundaciones, ríos de agua por las calles y cierre de túneles.


Navegamos la mayor parte del tiempo con la mayor en el primer rizo y el Génova al 50 %, y al final del trayecto, que el viento bajó un poco, con las dos velas izadas enteras.

Llegamos a Laredo muy tarde y acabamos de comer a las 18 h. Pero yo muy contento porque ya estoy sólo a una etapa de volver a mi casa y a mi familia después de tres meses, y porque sé que mañana será uno de esos días que se te imprimen como cera caliente dentro de los oídos. ¡Ah!, y porque no nos hemos encontrado con las Gladis (son las orcas cometimones).

 Con cuidado, navegantes.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Hogar, dulce hogar.

Hola navegantes. 

Aunque aún no he llegado a casa  puedo usar esta expresión por encontrarme en el Cantábrico. Qué ganas tenía de volver a escuchar despotricar en castellano a mis compatriotas mientras desayunan un sol y sombra, de pasar frío y mojarme con un poco de lluvia. Y hoy he tenido esas cosas. 

A primera hora vino mi amigo Iker a ayudarme a bajar el barco del camión y arbolarlo. Además ayer me dejó dormir en su barco, que el Corto ya os dije que durmió en una nave. 




La carena estaba limpísima, seguramente por haber estado la mitad del tiempo en agua dulce. No tenía ni un poco de verdín. Después Ana y yo dedicamos la mañana a recolocar la jarcia móvil, las velas, volver a reorganizar los espacios del barco para la nueva condición de "velero", y a ajustar la curva y la caída del palo,  que ha habido que volver a equilibrar al haberle metido la placa de aluminio bajo su base.

Mañana saldremos hacia Santander mi amigo Mario y yo, con un pronóstico de lo que tanto estaba añorando en la canícula de los canales de Francia: cielo cubierto, lluvia todo el día, viento frío de cara (el "gallego") y olas de 1,3 metros. Seguramente nos tocará dar bordos para avanzar hacia Laredo. No sé si mañana a estas horas estaré metiendo las manos bajo las axilas y echando pestes de esta meteorología cantábrica, que nos hará volver a ponernos el traje y las botas de agua y los jerséis. De momento he vuelto a sacar el saco de plumas para dormir,  y los pantalones largos.
 
 Entre las curiosidades de Santurce, los semáforos para peatones en el suelo. Como ya nos movemos mirando siempre el móvil  hacia abajo, han puesto una línea de luces led en el borde de la acera con el color del semáforo de peatones:



No es original de aquí, que ya lo hemos visto en muchas ciudades. Hay que adaptarse a los tiempos para no tomar el camino del depósito de cadáveres. 

 Con cuidado, navegantes.

martes, 19 de agosto de 2025

Como teletransportado.

Hola navegantes. 

Pues si, así me siento hoy, teletransportado. Esta mañana estaba con el Corto Maltés en Narbona, y esta tarde con él en Santurce. 

A las siete empezamos a cargar el barco en el camión, lo que nos llevó dos horas. 




Nos despedimos de  los nuevos amigos de Narbona: Dominique, el de la frente socrática, y su mujer Marie-Annick (el tercero es José Luis) deseándonos futuros reencuentros, aunque ya les dije que tal y como habíamos encontrado el canal de Midi era poco probable que volviéramos. Ellos también están pensando abandonar el Mediterráneo y llevarse la peniche a los canales de Bretaña. 


Luego vinieron ocho horas de carretera y ¡plas!, el Corto Maltés en Santurce a sólo dos días de casa, en vez de el mes que nos costó a la ida. Esta noche duerme a buen resguardo en la nave de José Luis, y mañana volverá a tocar el agua salada del Cantábrico.


La idea original era terminar el viaje con una navegadita de ida y vuelta a vela por Euskadi con Mario, mi siguiente tripulante, en sustitución de la que se ha perdido de Burdeos a Santander por el mal rollo del canal de Midi. Pero con la novedad de los ataques de la pandilla de orcas en esta costa nos ha parecido tentar al diablo, y vamos a ir directos a Santander. Espero que en estos dos últimos días no nos hagan cerrar esta aventura con un epitafio.

 Con cuidado, navegantes.

lunes, 18 de agosto de 2025

Llegó el camión.

Hola navegantes. 

Hoy tenía la cita con el camión que llevará el Corto Maltés a Santurce. Y he dedicado el día a preparar el barco para este transporte. Fundamentalmente hay que quitar todo de la cubierta, porque vamos a circular a 90 km/h, lo que equivale a que el barco reciba un viento de esa velocidad (unos 50 nudos, que en el mar sería fuerza 10, o sea temporal duro) y todo lo que haya en cubierta sería arrancado. Las bicis, la botavara, la vela mayor en su bolsa, las defensas, todos los cabos, los cubos, el aro salvavidas, el toldo, los bicheros ... adentro. Se dice fácil pero conseguirlo es difícil, sobre todo si hoy todavía tengo que dormir yo a bordo. 

Con un poco de retraso por el atasco a la entrada de Narbona, llegó José Luis con su Goliat: tres ejes, 26 toneladas, once metros de largo, 10 ruedas, y una grúa, que José Luis maneja con la misma flema que yo la bici.


A José Luis hace mucho que le tuteo.  Me ha transportado el barco varias veces desde que, en la navegación a Elba, nos salvó en la autopista. Una de las patas de un remolque mal calzado por un supuesto "profesional" se clavó en el casco por debajo de la línea de flotación, inutilizando el barco para cualquier navegación. Gracias a José Luis llegamos a Getxo, donde lo repararon, y luego al Mediterráneo para poder iniciar la navegación a Elba en las fechas previstas. Lo cuento en el libro "Un tripulante llamado Murphy", y desde entonces a todo el que me quiere oir le recomiendo el transporte en un camión y no en un remolque, por lo menos para barcos como el mío que ya pesa una tonelada y media.

Mañana todavía con legañas cargaremos el barco en el camión, porque cargarlo y afianzarlo nos llevará unas 2-3 horas, y luego tendremos 8 o 9 horas de carretera, que los tiempos de Google Maps (6 horas) son para los coches, no para los camiones cargados. Esperamos llegar a Santurce a media tarde.

 Con cuidado, navegantes.

sábado, 16 de agosto de 2025

Adiós a los canales.

Hola navegantes. 

Ayer cerramos la segunda etapa de los canales llegando a Narbona. Y fue una despedida a lo bestia, un calor insoportable (estaban anunciados 42 ºC) sin una mala sombra y pasando esclusas. En alguna de ellas nos paramos sólo para estar un ratito a la sombra de la casa o de los escasos arbustos. Y el pobre Daniel teniendo que aguantar el chaleco además de la ropa. La verdad es que ha aguantado las incomodidades sin una sola queja.


En Salleles d'Aude volvimos a pasar por la esclusa de dos vasos que os conté a la ida, el segundo de los cuales se usa para carenar. En la siguiente foto podéis ver una peniche carenando y comprender cómo se sigue usando la esclusa.


Luego pasamos el tramo en que el canal aboca al río Aude y se navega por el propio río. Es uno de los puntos cruciales del canal de Midi, porque en el río no pueden garantizarte una profundidad determinada ya que depende de su caudal. En estas semanas de sequía estaba más bajo que cuando lo pasamos a la ida, pero pudimos pasar. 


Finalmente llegamos a Narbona. En la misma esclusa de Gua, la última, me estaba esperando el funcionario con el que había hablado para pagar físicamente la Vignette cuando llegara. Debe de ser de los que reconoce a un cojo sentado o a un ciego durmiendo, porque vino derecho a mí preguntándome si la tenía. O a lo mejor es más fácil, simplemente pasan ya tan pocos barcos que no sean peniches de alquiler que tenía que ser yo. Ya os conté que no conseguía hacer la Vignette por vía electrónica y ya no quedan sitios donde hacerlo físicamente. Lo resolvimos enseguida y sin amenazas de multa, como a la ida,  y nos amarramos en el muelle de espera de la esclusa.


Una pareja que vive en una peniche nos ha contado que este verano el nivel de agua ha bajado tanto que cuando pasa un barco a su lado y hace olitas, chocan en el fondo, que es de piedras.

Este fin de semana el grumetillo recupera a sus padres, y el lunes vendrá el camión para llevar el Corto Maltés a Santurce. Lo cargaremos el martes y llegaremos a Santurce por la tarde. Hace rarísimo pensar que por carretera llegamos en un día cuando por el mar y los canales tardamos un mes. Echaremos el Corto al agua el miércoles en Santurce, y nos tocará dedicar el día a arbolar y recolocar todo, esperando llegar a Santander el 22 o el 23. Casi estoy deseando de haga frío y que llueva, ¡Que cosas!. Me parece que esta despedida mía de los canales franceses es para siempre, porque no viviré tanto como para verlos otra vez con sombra.

 Con cuidado, navegantes.

viernes, 15 de agosto de 2025

Muy cerca del final.

Hola navegantes. 

Ayer fue un día raro. Amaneció nublado y nos las prometíamos tan felices por librarnos del calor, pero enseguida se despejó y fue una mañana como las peores de la venida. Por suerte estamos en un tramo sin esclusas y sólo tuvimos que aguantar el sol en tramos lisos y sin interrupciones. Algo es algo. 

A la hora de comer paramos en el único árbol que quedaba con vida, pero era pequeño y enseguida el avance del sol nos dejó fuera de su sombra. 

Reanudamos la marcha con la incertidumbre de si encontraríamos amarre en el puerto de La Robine, que está justo en la bifurcación del canal  donde una rama lleva a Narbona, nuestro destino, y la otra sigue hacia el Norte por el canal de Midi. Nos habían dicho que era una marina privada y que no admitía barcos de tránsito. Pero fue que sí, aunque solo tiene 2 atraques y tuvimos la suerte de que uno estaba disponible. 


 Tiene agua,  electricidad y edificio de duchas y aseos, y encima en sombra.

Pero lo mejor de todo es que a escasos 300 metros el canal se cruza con en el río Cesse, mediante un puente-canal de los que los barcos navegan por encima del río. Pero sus aguas no se mezclan, y te encuentras que bajando del acueducto hay un río de agua cristalina (no como la de color vómito de los canales) fresquita y a la sombra. Es el sitio de baño habitual de los que amarran en la marina, y mejor que una piscina porque al bucear ves los peces y los insectos acuáticos. Nos pasamos allí toda la tarde, bañándonos y relajándonos del calor de la mañana.



Cerca no hay nada, y una señora, Suzanne, que veranea en una peniche con su marido y su madre anciana, sin conocernos de nada nos ofreció llevarnos en su coche al súper. Y al decirle que no, nos dio un brick de leche para el desayuno de Daniel  que era lo único que nos faltaba. Buena gente.

Hoy esperamos llegar a Narbona, el fin de semana el grumetillo se vuelve a Santander con sus padres,  y yo me quedaré a esperar el camión que llevará el Corto Maltés a Santurce. Después de casi tres meses esto se acaba.

 Con cuidado, navegantes.

jueves, 14 de agosto de 2025

Después de la tempestad viene la calma.

Hola navegantes.

Después del día de infarto de antes de ayer, ayer fue un magnífico día de descubrimientos y de calma. Empezamos atravesando el túnel de Malpas, por donde se navega a través de una excavación en la montaña. 




Fue el primer túnel navegable del mundo (del siglo XVII) y atraviesa la colina de Malpas. Es de una sola dirección y hay que entrar tocando bocina de niebla,  porque si viene otro barco de vuelta encontrada uno de los dos tiene que salir en marcha atrás. Es algo impresionante verte navegando por el interior de un túnel de montaña. 

Por si fuera poco la misma colina está perforada por otro túnel  para el ferrocarril, que discurre por debajo del navegable. Si coincides en el túnel con el paso del tren se oye el chucuchú lejano, y es más sorprendente todavía.

Y por si eso todavía fuera poco,  al lado está la laguna desecada de Montady. Era un Etang como alguno de los que hemos navegado este verano, pero en el siglo XIII (entre 1250 y 1270) los monjes decidieron secarlo para conseguir tierras de cultivo. Esta sí que es buena. Hicieron un agujero en su centro para drenarlo, con unas fosas a cielo abierto y luego un túnel subterráneo, que atraviesa también la colina de Malpas, y acaba vertiendo el agua en el río Aude. O sea que la colina tiene tres túneles, de arriba abajo el navegable, el del tren, y el que evacúa el agua del Etang de Montady:
 

Donde antes estaba el étang ahora hay unas tierras de cultivo que recuerdan una caja de quesitos, porque las parcelas son triangulares y confluyen en el agujero de drenaje:


Paramos a comer en Poilhes, uno de los pocos sitios en que quedan árboles y por lo tanto sombra: 


Paramos al lado de una especie de merendero con una mesa y bancos, y por si fuera poco nos encontramos flotando una sombrilla enorme de bar. Servía para la mesa y comimos de maravilla y a la sombra. Enfrente entretenía la vista el barco de uno con el síndrome de Diógenes (son los que guardan todo, hasta la basura):


Como ya no le cabía más en el barco había empezado a colgarlo por la borda, y podéis ver colgada una silla, varias botellas vacías y una manguera. Además se ve que en peso del barco le ha hecho subir la linea de flotación. Ese lleva décadas sin navegar.

Acabamos el día en Capestang. Lo más destacable es su catedral del siglo XIV inacabada, llamada Colegiata de St-Etienne. Según la Guía Imray, “incluso en su estado inacabado, le viene grande al pueblo”, y es verdad. Está en una colina y se la ve desde todas partes, allí erguida y flaca. A mí me recordó mucho a los peces luna, que parece que un hachazo les ha quitado un trozo de su cuerpo. Pues la catedral de Capestang es igual: tiene una nave muy alta pero corta, y manifiestamente le falta terminar el trazado en cruz de la planta
de una catedral. 


La interrupción de la construcción se debió a la epidemia de peste negra que asoló Europa y mató a la tercera parte de su población, y a la guerra de los cien años. 

También hay en el pueblo un castillo que fue la residencia secundaria de los arzobispos de Narbona. Pero solo quedan unos trozos a los que se han dejado añadir viviendas particulares y lo deslucen. 


Me despido con la imagen del Corto en Capestang:


y con la dibufirma de Poilhes, que nos ha recordado lo que era el canal de Midi cuando tenía sombra:


Con cuidado, navegantes.